El pasado día 5 de mayo, tuvo lugar un trágico accidente en la exhibición mensual de la Fundación Infante de Orleans . Un mes después, se homenajeó como se merecía al piloto fallecido, Ladislao Tejedor Romero.
Al no haber exhibición en vuelo, el número de visitantes se redujo drásticamente y sólo acudimos los que realmente nos gusta la aviación y queríamos estar ahí
A pesar del buen día que hacía, el ambiente no era festivo como el mes anterior, se notaba la tristeza que hacía mella en todos los presentes.
La Fundación sacó todos los aparatos fuera, como parte del homenaje. Algunos, como el Beech 18, volvió a ver la luz tras casi 3 años guardado en un hangar. Con casi 40 aviones que llenaban el recinto, se notaba la ausencia de uno de los clásicos, de uno de esos que no faltaba nunca: el Saeta.
El Texan, uno que ya no volará con el Saeta.
Por su parte, la Asociación Aire preparó un pequeño homenaje a Ladislao para entregar a su familia y a la Fundación, consistió en un cuadro con una foto del Saeta en vuelo y las firmas de cerca de 70 socios.
Así mismo, unos 40 socios acudimos a la FIO para mostrar nuestro apoyo
Cerca de las 13:00 horas, cuando normalmente en otros meses empezarían a arrancar los aviones y la expectación subiría, el ambiente fiestero habitual se convirtió en un silencio impropio de estas exhibiciones.
Tras unas emotivas palabras de Carlos Valle y un amigo de Ladislao, se proyectó un emotivo video con imágenes del Saeta, los aviones de la FIO y unas imágenes del piloto fallecido.
Espero que pronto se recupere la Fundación y se reanuden los vuelos, la mejor manera de continuar con lo que a Ladislao le gustaba, mantener estas fantásticas aeronaves en vuelo.
El Saeta siempre estará presente en la Fundacióny en los que acudimos mensualmente para disfrutar de una historia que está más viva que nunca.
Al no haber exhibición en vuelo, el número de visitantes se redujo drásticamente y sólo acudimos los que realmente nos gusta la aviación y queríamos estar ahí
A pesar del buen día que hacía, el ambiente no era festivo como el mes anterior, se notaba la tristeza que hacía mella en todos los presentes.
La Fundación sacó todos los aparatos fuera, como parte del homenaje. Algunos, como el Beech 18, volvió a ver la luz tras casi 3 años guardado en un hangar. Con casi 40 aviones que llenaban el recinto, se notaba la ausencia de uno de los clásicos, de uno de esos que no faltaba nunca: el Saeta.
Así mismo, unos 40 socios acudimos a la FIO para mostrar nuestro apoyo
Cerca de las 13:00 horas, cuando normalmente en otros meses empezarían a arrancar los aviones y la expectación subiría, el ambiente fiestero habitual se convirtió en un silencio impropio de estas exhibiciones.
Tras unas emotivas palabras de Carlos Valle y un amigo de Ladislao, se proyectó un emotivo video con imágenes del Saeta, los aviones de la FIO y unas imágenes del piloto fallecido.
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